Volta para a capa
Religião
Derek Walcott

"Pues sí que ha puesto usted pasión en la cacería. No quisiera comportarme con rudeza, pero, ¡guau! ¡menudas preguntas que me hace! Es, en cualquier caso, una pregunta muy profunda, quizá la pregunta más profunda que un ser humano puede hacerse. Intentaré responder. Verá, usted parte desde una posición de fe y el tiempo pasa, pasan los años, y uno se pregunta por qué ha nacido, por qué tiene que morir, y un buen día descubre que cuando se pregunta por Dios en realidad está interrogándose acerca del sentido que tiene el paso del tiempo, la contemplación cotidiana de la forma en que todo esplendor acaba reduciéndose a cenizas, de que todo lo que es orgánico nace y finalmente muere. Es obvio que nadie o casi nadie quiere morir y, cuando uno va entrando en años como yo, esa posibilidad se vuelve realmente angustiosa, sobre todo cuando la experiencia que la vida nos otorga no nos ayuda a objetivar respuestas en torno al plan que subyace o no a ese constante relevo de organismos que otorga continuidad a la Naturaleza. Nada sabemos de Dios. Sin embargo, hay algo que parece claro, ¿recuerda ese verso increíble de Ezra Pound?: "El diablo es el Tiempo, querida". Hmmm… Sin embargo, a veces me paro a pensar por qué razón a un santo no le importa morirse. Está convencido de encontrar a Dios al otro lado. Son dos posiciones muy diversas ante el enigma de la muerte. Deduzco, de todos modos, que ese Dios del que nada, en realidad, sabemos, no se preocupa demasiado por nuestra valentía o por nuestro miedo. Dante quería morir, y, en fin, puesto que nada sabemos, ¿quién puede asegurar que no esté ardiendo en el infierno"

Fonte: La Clave, 9-15 junio 2006

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